Más allá de la montaña
Bajo el manto matinal
Entre el gran campo de caña
Y el espeso cafetal
Una niña de ojos claros
Con sonrisa de cristal
Un pincel entre las manos
Y talento natural
Ha mirado al firmamento
Y ha comenzado a pintar.
Pintó bordes, curvas, líneas
Pintó con tinta de estrellas
Pintó llamaradas ígneas
Pintó cada una de ellas
Pintó pinturas pintadas
Pintó pinturas muy bellas
Pintó una alegre cascada
Y una casa para ella
El mar, el cielo y el bosque
También pintó la doncella.
Lavó el pincel en el río
Con las nubes lo secó
Se volvió al desierto frío
De calidez lo tiñó
Pintó el olor de las flores
El trinar de aves pintó
Pintó cuatro corazones
Con destreza trabajó
Hasta que el triste paisaje
De colores inundó.
Cuando llegaba el ocaso
Con su grises tristes huellas,
Ella pintaba a su paso
Aligerando las mellas.
Niñita, escúchame atenta
No dejes tus artes bellas
Y alimenta mi alma hambrienta
De brillantes acuarelas
Porque tú eres esa niña
Y yo la pintura aquella.