Dime tú, el miserable
Tu mirada andante,
Dime omnipresente
Si el día aluzaste.
Que gima el horrendo
De mal tu pecaste,
Llora por lo eterno
Al vil ya encarnaste.
¿Quién irá contra ti?
El gran Dios presente,
Tú Sufrirás sin fin
Aun fuego reverente.
Santa María al verte
A ti no atenderá,
El ángel al amarte
A ti te condenará.
Abrazaste al dorado
Al quemado amaste,
Quisiste al horrendo
La mentira ocultaste.
La vida te calara
Aun Perpetuamente,
Al hondo tu irás
Después de la muerte.
Tú no comprenderás
Nunca la paz presente,
Ni al sol verás coronar
En el fuego quebrante.
En llamas arderas
Aun llorando sangre,
En tinieblas morarás
En el cordel errante.
Desperdicia tu vida
Y veras al alicante,
Desprovista tu ida
En el mal parlante.
No sea que recuerdes
Al cielo cortejante,
Y tú siempre anheles
Cambiar al brillante.
Para que luego beses
A satán plenamente,
Pues tú, leño, entiendes
Que la verdad perdiste.
Tendrás la eternidad
Y vida plenamente,
Pero no de santidad
Sino del agriamente.