Porque en ti encuentro
el dulce canto de un nuevo amanecer
envuelto en los colores del arcoíris,
esperando volver a renacer
como lo hizo el amor de Isis por Osiris.
Pues en la espera infinita,
el alma se resquebraja en sentimiento,
más una voz interna incógnita
me salvó con un nuevo pensamiento.
Entonces vi los pétalos uno a uno crecer,
así que entendí que el amor
se consagra con agua bendita,
la que nos purifica, siendo querida,
la que quisiera nuevamente beber
del manantial de tu boca florida.