No somos nadie,
o
no somos nada.
Sin la tierra,
sin el sol,
sin el agua,
sin el ojo avizor del universo,
que,
cada vez que parpadea,
muere una estrella
y nace un nuevo Dios,
o
un nuevo creador de dioses,
uno antes que otro,
o
los dos a la vez.
No somos
nadie
nada
.