El Silencio del Amor
Escribo poco sobre el amor,
no porque no lo haya sentido,
sino porque en la distancia,
su eco se ha apagado,
como una melodía que se desvanece en el viento.
Disfruté de momentos fugaces,
de risas que danzaban en el aire,
de miradas que se entrelazaban,
un regalo, aunque limitado,
un destello de felicidad en un mundo gris.
Conocí a quien, con su tiempo,
pintó mis días de colores vibrantes,
aunque fugaces,
cada instante fue un tesoro,
guardado en el cofre de mi memoria.
Ahora que el amor se ha alejado,
en el silencio de mis versos,
sé que aún vale la pena buscarlo,
intentarlo y aprovecharlo,
como un mar en calma que espera la tormenta.
Las caricias me susurran en la noche,
la intimidad se siente como un suspiro perdido,
y aunque los errores hayan marcado huellas,
no cerraré la puerta,
pues el amor es un camino que siempre se puede recorrer.
Quizás dolió el adiós,
como un rayo que parte el cielo,
pero el alma no olvida,
ni se rinde ante la soledad,
porque en cada despedida hay una promesa.
Promesa de que un nuevo amanecer,
puede traer consigo el abrazo anhelado,
la risa compartida,
la conexión que trasciende el tiempo,
un nuevo capítulo por escribir.
A veces el amor se oculta,
en las sombras de lo cotidiano,
pero sé que aún brilla,
como una estrella que se niega a apagarse,
esperando ser descubierta.
Así que seguiré buscando,
sin prisa, sin miedo,
con el corazón abierto,
dispuesto a recibir lo que el destino ofrezca,
pues, aunque escriba poco,
mi alma está lista para amar de nuevo.
En este viaje de emociones,
donde el amor se aleja y regresa,
aprecio cada lección,
cada lágrima y cada sonrisa,
porque todo suma,
y en el fondo,
el amor siempre vale la pena.
Ruben Dario GV