Desde un trasfondo lúcido y perspectiva inquietante, derrotó a sus miedos y a su soledad interna.
Cruzó senderos vacíos, espacios con trasiego, y caminos de luces y sombras.
Finalmente su destino rodó hacia la ilusión incipiente de una calle que le invitaba a volver a empezar.
Nunca es tarde.
(Gloria Villanueva)