Hoy no toca poesía nocturna melancólica.
Hoy toca hablar de la melodía del alma,
y la sutileza que representan tus palmas,
en conjunto de la calidez con la que hablas.
Cuando oigo tu risa venir detrás del anaquel
y hablas con la suavidad
como la de tu mirada fiel.
Porque es algo que les pregunto
a aquellos poetas empedernidos
y melosos.
¿Tienen a esa persona que sea un goce visual?
Porque yo siempre le diré a mis entrañas,
que bailan y saltan cuando pasas y vagas.
Que eres la persona a la cuál disfruto de ver
cuando el alba se posa
e irradia luz dorada sobre tu ser.
y si el temor es menor,
algún día compartiremos palabras;
dejando estas letras como evidencia
de mis sentires por quien llegues a ser.