Ya vino el niño cupido,
paso de largo su ruido
para mí.
Nada ha dejado la suerte,
siempre al pasar se divierte,
es así.
Siempre dio mucha alegría,
el ver lo bien que escribía
al jugar.
Su tinta es dulce de miel,
tres palabras en papel,
hay que amar.
Y aunque el tiempo suele ir lento,
camina entre cuento y cuento
de un azar.
Pero él jamás te absuelve,
pues lo que se fue no vuelve
para dar.
En ausencia de pasiones,
algunos libros te llaman,
y escuchas como reclaman
tus modestas atenciones.
Son tan bellas sus acciones
en comienzos y destinos,
tan bonitos son los trinos
que imaginas al leer,
que te dan hasta el poder
de luchar contra molinos.
Si la vida no te ofrece,
la imaginación te cura,
y da igual que haya locura
si una historia la merece.
Y cual campo que florece,
¿quién no merece utopía
leyendo una melodía?,
¿y quién, estando olvidado,
no se merece un legado
de torrentes de alegría?
............
Una aurora ya despierta
y siempre ofrece una puerta
para entrar.
Y aunque la fe sea poca,
el cielo dará una boca
que besar.
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Malen