En el comedor de tu hogar un rayo de sol que nubla la vista.
Sudor en mis piernas, aún el recuerdo persevera.
Susurros de los duendes que hurtan nuestras cosas.
Versos que sólo me pertenencen, todavía en mi mente.
Navidad en casa, una buena noticia, otras cicatrices a tratar.
No quería llorar, pero sigo ahí.
Una buena noticia, otros recuerdos que no sanan.
Visto mis prendas esperando lo mejor.
Llamadas no marcadas, la santa inquisición ha llegado.
El nacimiento me persigue, no intento huir esta vez.
Sucedáneo de felicidad.
Marca el número, llama a medianoche.
Sobran las lágrimas que creamos,
un latido,
dos maldiciones.