El Soldado:
Caíste a tierra
sin un lamento;
tú, pájaro en guerra
y blasón de tormento
Retazos de Infierno:
El lodo y el fango,
La tierra y el polvo.
El estremecimiento constante
del sísmico suelo que pisamos;
los cadáveres entumecidos
por doquier caídos.
La lluvia incesante;
el frío, la nieve;
el sueño, el hambre, la fiebre,
los hongos pódales,
las botas sudadas,
las manos cansadas,
la gripe, la muerte;
el alma que yace
apática e inerte
y este dedo desquiciado
que jala el gatillo
automáticamente…
Son todos retazos
de un cuadro infernal;
Pedazos de guerras:
batalla frontal.
Profesión: Soldado
La sangre encharca nuestras botas.
El fango cubre nuestros rostros.
El lodo inunda nuestros ojos.
La pólvora invade nuestras narices.
El miedo impregna nuestras gargantas.
La muerte ondea sobre nuestras cabezas
como bandera carmesí,
como caja de Pandora
como espada de Damocles
pende sobre nuestras nucas
la invisible y auténtica muerte.
El silencio es nuestro enemigo jurado;
el estruendo, nuestro mejor aliado,
el silbido de las balas
nos recuerda la fragilidad de la existencia
y los continuos estallidos
nos informan sobre la proximidad de las fieras…
A nuestro alrededor
todo es sangre
y miembros desmembrados pudriéndose sin dueños
y cuerpos mutilados sin aire en sus pulmones
y un mar de cadáveres hediondos a descomposición
y un sueño que se ha tornado en violenta pesadilla.
Defender la Patria:
Frase que tuvo mucho sentido
antes de comenzar esta odisea;
y que nada significa entre disparos y demencias
¿Qué es la Patria?
¿De qué vale una patria sembrada de cadáveres?
Los problemas fronterizos y las querellas entre naciones deberían resolverse en un cuadrilátero pugilístico; enfrentando a los presidentes, ministros, asambleístas y demás PERROS DE LA GUERRA; dándose puñetazos los unos a los otros hasta que les sangren inclusive sus obscuras almas y no fabricando viudas y huérfanos en los frentes de batalla.
Matar o Morir:
Las balas destrozan cuerpos y las ánimas comen almas
La sangre se mezcla con la aurora
Silbidos y explosiones aturden los oídos
No queda otro remedio que salvar nuestras vidas
matando al enemigo
matando al enemigo
matando
Matar o morir:
Esa es la consigna
el único lema que nos queda,
la única ley a qué atenerse.
La sangre se confunde con la aurora;
la sangre se derrama sobre ocasos
que cierran sus turbios ojos
ante el clamor de la muerte
La muerte,
tan cercana y seductora
tan sublime y abrumadora
tan letal y desconcertante
siempre al lado,
en la sombra de nuestra sombra.
No podemos pensar en la humanidad del enemigo:
Hay que odiarles
profusamente
profundamente
aunque nada nos hayan hecho:
Hay que odiarles con tesón
de otro modo
no podríamos matarles
y moriríamos a merced de sus rifles
a merced de sus tanques,
sus cañones, sus aviones, sus navíos…
No son hombres, son salvajes;
No son más que nuestros reflejos,
reflejos de nuestro propio salvajismo contra ellos:
espejos sangrantes, espejos heridos,
espejos fracturados, espejos desmembrados,
espejos mutilados, espejos descabezados,
solo espejos;
nada más que nuestras propias imágenes verificadas,
si en lugar de destruir nos volviéramos piadosos.
¿Es esta guerra necesaria?
Ya no importa,
Es tarde para la política
Es tarde para la paz…
Matar es lo único que puede salvarnos la vida ahora.
Matar es lo único que puede devolvernos
a nuestras esposas
a nuestros hijos
a nuestros hogares.
Matar… para no morir
Matar sin piedad
Matar sin misericordia
Matar sin remordimientos
¡MATAR…O MORIR!
La Enésima Colina
Entre cortinas de fuego
-llamaradas gruesas como muros de concreto-
y enjambres punzantes de esquirlas voladoras,
y fragmentos fratricidas y balas despiadadas;
nos aprestamos a tomar la próxima colina.
Corremos y jadeamos y jadeamos corriendo;
caemos y reptamos
muchas veces serpenteamos o gateamos
respirando con suma dificultad;
buscando acaparar el escaso oxígeno
para nuestros pulmones acartonados
entre gases y humaredas y más gases y más humo…
Cada aliento es costoso y más valioso que el oro;
cada hálito de vida es sagrado en nosotros
y es superfluo en los odiados adversarios…
-¡Levántate y dispara y corre y sigue disparando!-
-¡Muévanse reclutas; si no quieren que los vuelvan coladera!-
Entre gritos y estallidos y murallas incendiadas
atravesamos raudos el aire calcinado
cual saetas embriagadas de coraje
y corremos a aplastar la enésima colina.
¡Hasta cuándo…!
Cavemos las trincheras:
Cavemos las trincheras,
hondas como fosas,
húmedas como tumbas,
terribles como pesadillas.
Aceitemos los fusiles
limpiemos sus ánimas
quitémosle el óxido
que todo lo corroe.
Nuestras vidas dependen de ello
Un arma encasquillada
es un pasaje seguro
de sola ida
a un féretro sin nombre…
La mitad de toda guerra es mantenimiento
la otra mitad es asesinato y muerte,
muerte, muerte, muerte y más muerte:
Muerte de los enemigos, muerte de los amigos,
muerte de la serenidad, muerte de la cordura,
muerte de los sentimientos, muerte de las emociones
muerte de las ilusiones, muerte de las esperanzas
muerte de la mismísima fe…
¿Qué queda después de una batalla?:
Fracturas, quemaduras, cortadas y cicatrices
hondas como el pánico que se instala en las entrañas
Y cadáveres y sueños rotos
Cadáveres flotando entre las olas
y peces y gaviotas comiendo sus residuos;
cadáveres alfombrando sembradíos
como festín para cuervos y zamuros
y familias desmembradas
y viudas fabricadas
y huérfanos construidos en serie
en ambos bandos…a distancia
Ataques Nocturnos:
El enemigo aprovecha la noche para asediarnos.
No es una fiesta
ni esos son fuegos artificiales;
es una masacre:
los soldados caen ante las ametralladoras
al lanzarse sobre ellas como moscas sobre la miel;
el NAPALM lo incendia todo a su paso;
las bengalas que atraviesan la oscuridad nocturna
hiriéndola como saetas sin destino ni acomodo;
son balas depredadoras buscando a su presa,
alcanzando a su víctima
para morir en ella
como mueren las abejas al clavar sus aguijones.
Aquí,
no hay sitio para súplicas
no hay lugar para piedades
no hay tiempo para simpatías
no hay afectos, ni querencias, ni aprecios
y el amor es sólo un cuento de hadas
tan lejano y tardío como las flores en invierno.
Aquí
hasta Dante habría temblado de terror
este es el edén ideal de Jack el destripador
este es el sueño fiel de Freddy Krueger
este es el mismísimo averno abriéndonos sus puertas
minuto tras minuto,
con cada esquirla
con cada mortero
con cada explosión
con cada sensación
de desasosiego…
El enemigo aprovecha la noche para atacarnos:
Dormir es otra forma de morir…
Bestias Asesinas:
Ya no importa quien tiene la razón;
quién obra por justicia,
quién obra por codicia…
La guerra nos iguala
al igual que la muerte;
su hermanastra.
Despiadados somos todos
empuñando los fusiles.
Desalmados somos todos
apuntando las metrallas;
los morteros no preguntan
si eres vil o eres honesto
y las balas no disciernen
al infante del adulto.
Y la guerra nos iguala
como a bestias asesinas…
¡como a bestias asesinas!
Naturaleza Indiferente:
¡Qué extraño!
La serena calma;
junto al rumor alegre de arroyuelos,
al trinar melodioso de las aves,
al cantar celoso de los cuadrúpedos
y más calma
contrastan totalmente
con el fragor de nuestras constantes batallas.
La Naturaleza indiferente
a los desmanes fratricidas del Homo Sapiens
sigue su curso evolutivo
en un desplante invicto y silencioso…
¡Cuánta paz Dios mío!
¿Cuánto durará?
PIM PUM PAM
¡Fueeeego!
¡Y aquí vamos otra vez!
Recomienza la carnicería
A La Carga:
Atrapado en una fosa dejada por la explosión de una bomba
rodeado de cadáveres ya putrefactos
sumergido en mi sangre, sudor y lágrimas
lágrimas resentidas, de desesperación
y odio y rencor y resentimientos…
pero
¿no sienten ellos lo mismo contra mi persona?
¿no es mi adversario tan humano como yo?
Tal vez incluso tenga una esposa
e hijos
una familia que ruega a Dios porque regrese con vida
como lo hace mi propia familia más allá de este infierno…
¡Noooo!
No debo pensar así, ¡me costaría la vida!
El adversario es mi enemigo
es un ser vil y asqueroso,
un salvaje
un desalmado
¿cómo lo mato si no me convenzo de ello?
¿Y cómo me mantengo vivo si no mato a quienes me agreden?
¡A LA CAAAAARGAAAAA!
Mala Película:
Alucinante
como una escena surrealista en una película de terror;
así es nuestro día a día;
en suspenso, constantemente en suspenso:
¿Quién será el próximo en morder el polvo?
¿Seré acaso yo?
De ser así;
¿no debería estar ahora en un burdel?
Rodeado de espléndidas modelos formosas,
bañado en güisqui y champaña y cerveza,
consentido y aclamado y feliz…
Hace siglos que no veo a mi familia;
ya no puedo recordar las facciones de sus rostros;
sus sonrisas y emotivas sensaciones,
por mucho que lo intento
no consigo visualizar sus caras, sus semblantes,
ni siquiera sus siluetas,
sus borrosas, sus etéreas siluetas.
Lo único que pasa ante mis ojos cuando cierro mis párpados
es esta mala película;
esta película borrascosa y tremebunda
en que somos nosotros las siluetas y los blancos de las balas;
las esquirlas y las bombas y las armas enemigas…
es todo lo que veo
¡en el sueño y en la vigilia!
Biblia Empapada:
Se me mojó La Biblia,
se me secó el corazón;
se me olvidaron las oraciones,
se me cayeron las ilusiones.
Ya no me queda sino el vacío,
ya no me otorgan sino balazos,
ya mis amigos están en fosas
sin una lápida, sin una cruz.
Ya no sabemos lo que es la luz,
todo es tinieblas hasta de día…
todo es horrendo como un infierno
como un infierno de malabares.
Y el desespero todo cancela
todo lo borra; hasta el recuerdo
de aquellos días en que inocentes
jugábamos juntos a los soldados;
y unos fingían que se morían
y otros fingían que los mataban
entre las risas y la alharaca
de aquella fiesta hecha canción.
Ya no recuerdo mi tierna infancia;
tal vez infancia…jamás la tuve.
Es que esta guerra se me ha hecho eterna
en este tiempo que; aletargado,
se hace tan largo sin fenecer.
Fenezco yo, de a poco a poco.
Perezco yo, cada minuto,
y a cada instante un hombre muere
bajo la lluvia de artillería…
¡Dios mío! ¿Por qué nos abandonas?
¿Es que acaso…existes?
¿Dónde estás que no te veo?
¡Devuélvanme mi mal parida FE!
Odio Fructífero:
Tengo hambre, tengo sed, tengo sueño, tengo frío,
Tengo miedo, tengo ansias, pesadillas, tengo hastío.
Y no para de llover en estos días;
otros días el sudor nos azotaba sin piedad;
otros días sólo el polvo nos bañaba en cantidad.
Siento odio y rencor, resentimiento…
Tanto tanto que matar no satisface:
Quiero más; más sadismo, más tortura,
quiero verlos suplicando inútilmente
mientras corto poco a poco sus falanges,
mientras clavo mi puñal en sus entrañas,
mientras hundo mis pulgares en las cuencas de sus ojos.
Quiero oírles gritar con desespero;
quiero verles llorar con frenesí,
y quiero hervirlos; tal vez, a fuego lento
y destruirlos tantas veces como pueda
destrozando sus órganos por dentro.
Tengo pánico y terror; tengo ansias y apatía
tengo ganas de cortarles las orejas
como a toros…como a toros en corrida
para luego desmembrarlos mientras chillan.
Quiero…
Quiero muerte y venganza,
y más venganza todavía…
Puro Instinto:
El suelo se estremece junto a mi alma
con cada estallido certero,
con cada atronadora explosión;
cada vez más cerca,
cada vez más real
y alucinante.
Corremos de un lado a otro
buscando guarecernos;
caemos una y otra vez
comiendo tierra;
nos alzamos nuevamente
y volvemos a correr
de espaldas y en retroceso
mientras disparamos al frente.
¿Dónde están las malditas trincheras
que cavamos anteanoche?
En la confusión
no me percato de los compañeros caídos
no me doy cuenta que hay heridos a ambos lados de mi cuerpo
no estoy en mi cuerpo;
alienado totalmente como máquina sin freno
corro y disparo,
disparo y corro
sin consciencia
sin razonamiento alguno…
Ya no escucho
Ya no veo
Ya no siento
Ya no pienso…
Me he transformado en un reptil
en una fiera asesina
en una máquina mortal
en instinto puro…
¡Si!
Eso es lo que soy ahora:
¡PURO INSTINTO!
nada más!
Ni Buenos Ni Malos:
Nos reímos del enemigo en las pausas
y temblamos ante él en la lucha.
Es así como sobrellevamos esta guerra:
poniendo sobrenombres y haciendo sorna del contrario
para alimentar así el odio que nos impele a creer en la falacia
de que el contrario –y no yo- es el malo de la película.
Los descalificamos, denigramos, deshumanizamos;
para regar así el rencor que germina en nuestras almas
y para acrecentar el resentimiento que nos permite matar
sin escrúpulos, sin remordimientos, sin pensar siquiera;
y para; así,
mantenernos con vida
un día más
una hora más
un segundo más…
Pero en las guerras no hay buenos ni malos
hay intereses creados
hay tajadas de poder
hay porciones de territorio
hay geopolítica e imperialismo
-¡Codicia en ambos bandos!-
Pero no hay malos
y tampoco hay buenos
sólo hay soldados en las guerras
tratando de mantenerse con vida
a fuerza de matar a sus adversarios
en el frente de batalla…
Los Civiles:
Los civiles tienen miedo de nosotros;
ya no saben si nos trajo algún dios o algún demonio;
no confían, sólo tiemblan,
sólo lloran y suplican de rodillas.
Y es que la muerte está trajeada
con el verde de campaña;
con el verde esperanzado de las siembras y las selvas y los bosques.
¿Habrá paradoja más cruel?
¡Que la muerte se vista con los colores de la vida, es el colmo!
Los civiles tienen miedo de nosotros;
Y se esconden al vernos a lo lejos…
Unos tiemblan, otros gritan,
otros lloran y suplican
y suplican por sus vidas…
¡Por sus vidas de hojalata!
Los civiles aterrados tienen miedo de nosotros.
El Desertor:
Anuncio mi retirada
de esta conflagración…
ya estoy harto y cansado
cansado de matar
cansado de morir poco a poco
tan cansado que prefiero que me fusilen
de una buena vez.
Reniego de este rifle,
de este poncho y de los cascos;
rechazo las bayonetas
la cantimplora y las granadas.
Prefiero que me fusilen
de una buena vez
a seguir en este insufrible averno;
a continuar en este mundo bizarro,
surrealista y al revés.
Me confieso desertor
y objetor de consciencia;
y con los brazos caídos
me declaro en huelga de armas
y me entrego así al amor
-al amor a mi enemigo-
¡NO MÁS MASACRES!
-¡Preparen…Apunten…!-
Adiós mundo cruel
ya más nunca pelearé…
-¡FUEGO!-
La Desesperación:
La desesperación es cruel,
la desesperación es vil,
la desesperación es brutal,
la desesperación es fatal.
No somos mas que fieras acorraladas
en los campos de batalla…
Y el temor nos vence
y el temor campea
y el temor se ríe
y el temor guerrea…
Un bebé que aún gatea,
una mujer indefensa,
una anciana ya vencida
por la vida
todos ellos son enemigos
ante el fragor de la batalla.
Hasta el llanto inocente de un niño
se disfraza de amenaza…
¿Quién osa preguntar cuál es la fiera más despiadada del planeta?
¡Es el HOMO SAPIENS SAPIENS!
El hombre
que ha extraviado su humanidad
junto a su piedad.
Espectros:
La personalidad se deforma
ante tanta aberración dantesca.
El yo se desintegra.
Los fantasmas al fin asaltan mis sueños;
persiguiéndome y exigiéndome cuentas.
¿A cuántos habré matado ya?
Cuerpos desmembrados cubriendo el suelo
“yoes” desmembrados colmando la mente.
Los espectros de soldados adversarios
me gritan entre sueños ¡ASESINO!
Me acusan de fabricar ataúdes y féretros
y huérfanos y viudas y llantos infinitos.
¡Asesino, asesino, asesino!
se repite como un eco la sentencia
que destroza todo signo de cordura…
Pero ¿qué otra cosa podía hacer?
¡Si la ley es matar o morir!
Matar y morir
Porque morimos otro poco
cae vez que cae un adversario
bajo el fuego insensible
de los rifles que empuñamos.
He muerto ya tantas veces
como enemigos he logrado abatir
He muerto ya tantas, tantas, tantas veces
que me provoca reír
reír para no llorar.
reír hasta la asfixia
reír hasta el deceso.
Otro Adiós:
Fue cosa de un instante;
no me dio tiempo de detenerle;
no me permitió salvar su vida;
¿dónde estará ahora su alma?
¿Tendremos…alma?
Fue cosa de un segundo;
No pude reaccionar a tiempo,
quedé petrificado ante el evento;
la llevó a su boca como si fuera un bizcocho…
y haló el gatillo
volándose los sesos.
Aún sin entender lo que allí acontecía;
me levanté como en cámara lenta,
moviendo un solo músculo a la vez;
primero un dedo, luego el otro,
como si cada una de mis células fibrosas
le pidiera permiso a todas las demás antes de contraerse;
así de lento…
Y luego grité
con un ¡NO! Tan largo como la eternidad;
como la vida y la muerte y la vida
detrás de las sombras de la muerte…
No pude detenerlo a tiempo…
¡no pude!
Soldado Desechable :
El soldado es desechable
Lo importante es mantener la posición
No ceder ni una micra de territorio
Vale más un nanómetro de tierra quemada
que la vida de un batallón de hombres:
He aquí la lógica de la guerra…
Los Perros de la Guerra:
Así hablan los perros de la guerra:
-Hay que defender el honor
Hay que defender la Patria.
Hay que defender la ideología
Hay que imponer un nuevo orden mundial
Hay que imponer al hombre nuevo…-
Terminado el conflicto
los perros de la guerra
recogen el Poder
el resto de la población
recoge sus cadáveres…
Tregua:
Marchamos a casa;
y hasta los gatos y los perros huyen
delante de nosotros.
Los civiles inmutables; nos observan con la ira propia
de la fiera asesina cuando asecha a su presa.
Dicen que la guerra acabó…¡por ahora!
Dicen que nuestros gobiernos
han decidido firmar una tregua
para intercambiar prisioneros
como si fueran barajitas.
-¡Lo tengo, no lo tengo, lo tengo, no lo tengo!-
-¡Te cambio a un capitán por diez soldados y un sargento!
¡Qué horror!
Somos solo números
en los bancos de datos de insensibles computadoras;
somos solo títeres;
piezas de un damero
explosivo y nauseabundo;
somos juguetes bélicos
en manos del poder constituido
Ahora nos darán una medalla a cada uno
para callarnos la boca,
para alegrarnos el espíritu…
Como si una piche medalla pudiera borrar
las pesadillas que nos aguardan; impacientes, en las noches
para el resto de nuestras vidas.
La Guerra que se gana
Quise escribir un poema épico,
pero un poema épico sin héroes ni villanos.
Sin vencedores;
donde todos fueran vencidos,
vencidos por el odio y el rencor,
vencidos por el hambre y por la sed,
vencidos por el cansancio y la fatiga,
y por la desesperación y la apatía.
Vencidos por el pánico paranoico ante la amenaza fantasmal
Vencidos por los espectros de sus propias pesadillas.
Vencidos por la intemperie y el fragor de la batalla.
Quise escribir un poema épico
donde todos fueran mártires
y el único victorioso fuera
ese monstruo impasible e imperturbable que llamamos guerra…
La tragedia de la guerra sigue acosando como plaga invencible
a la humanidad toda
y continúa mostrándonos la peor de sus semblanzas
ante los ojos atónitos de los siglos y su historia…
¿Hasta cuándo escribiremos con sangre los capítulos de nuestra historia?
Ya basta de himnos y banderas agujereadas;
ya basta de héroes y de víctimas
de falsas epopeyas y propagandas embusteras,
y de fanatismos, xenofobias, segregaciones y demás atrocidades.
Entiéndase al fin y entiéndase bien:
La única guerra que en verdad se gana
es la guerra que JAMÁS se combate…
He Dicho
La Guerra Epílogo:
La guerra trae consigo hambre
La guerra trae consigo plagas
La guerra incrementa la miseria del hombre
Las rencillas se multiplican
Los odios se encarnecen
Los xenófobos se multiplican
como termitas que todo lo devoran.
Y las enfermedades
todas las enfermedades…
El trauma del soldado pasa de padres a hijos y de hijos a nietos
La desconfianza se arraiga en las familias como cáncer social
que perdura por centurias y milenios…
¿En verdad queremos más guerras?
Ya es hora de bajar a los héroes de sus pedestales
y a los mártires de sus cadalsos.
¡DILE NO A LA GUERRA!
Autor: Felipe Antonio Santorelli
Alias: tonisan
Caracas (Venezuela)