Y busqué por entre calles
y rastree la ciudad entera,
y llamé a mis relaciones
y, no obtuve respuesta
Una vez rendido, sin aliento,
exhausto permanecí en el lecho,
Sobre arrebujadas sábanas,
entre la espesa intranquilidad
En el sombrío despertar,
entre congoja y zozobra,
entre penetrantes reflejos
de un sol de media mañana
Deslumbrado entre ventanas
abiertas al intenso frio,
noté cierta extraña fuerza
que perturbaba mi equilibrio
En el éxtasis de mis sentidos
creí notar, creí ver, creí
que, a mi alrededor,
algo susurraba al frente
¡Y allí frente a mí, con las piernas cruzadas, ella me miraba!