Alexandra Quintanilla

Hoy no hay nada.

Ya no me siento sola…
Estando,
completamente sola.
Bailo en mi habitación y en la oscuridad.
Tarareo cualquier cosa que sea tarareable.
Cuando todos guardan silencio yo,
sigo en línea recta mi imaginación y luego 
doy una retorcida vuelta por la ciudad.
Cantando en silencio y saludando a la nada.

Ya no me siento vulnerable ni quebradiza
aquellas tardes en las que lloraba por… 
Cualquier cosa.
Este febrero es el mes más relajante 
Un don alguien me dijo que es lo que se viene pero…
Yo sigo bailando en el pasillo que me lleva a mi lugar.
Sigo riéndome por lo que sea.
No doy explicaciones innecesarias 
ni perdono a quien no me pidió perdón.
No pido disculpas.
No hay nada que perdonar ni porque disculparse.
Nada por lo que arrepentirse y 
mucho porque divertirse…
No hay nada, 
hoy no hay nada…
Nada que hacer.
Nada porque preocuparse 
Nada porque llorar y
tanto porque reír.

El mundo me parece un juego divertido.
Llovió y no en mis ojos está vez.
Estoy de buen humor
No tanto para soportar lo que no se deba soportar.
Te lo he de advertir.

Simplicidad en el acto de tomar maletas y decir adiós y,
hoy no hoy nada.
Resulta siendo un día tan,
tan interesante.

Ya no soy tan indecisa y,
he decidido correr.
No te sujetes mucho de mí que,
después de correr no sea que se me dé por volar…
Cuando no hay nada que hacer…

Inmersa en la simplicidad del nada que hacer,
satisfecha del placer del ocio y el ensimismamiento.