Bernardo Arzate Benítez

Mi padre.

 

 

 

 

¡Cómo extraño a mi padre;

quisiera abrazarlo y decirle cuanto le amo!

Pero ya no lo tengo,

el suelo ha abierto sus brazos para él.

 

Trato de entrar en mis recuerdos 

y aspirar aquellos momentos de convivencia.

Y aunque no es lo mismo,

puedo sentir, que está conmigo.

 

Algún día, cuando de su tumba vuelva,

que Jehová Dios me permita recibirlo,

así como Martha recibio a su hermano Lazaro

de una tumba donde yacía muerto.

 

¡Oh, Dios, Tú que nos amas tanto,

permítenos volver a abrazar a aquellos,

que la muerte nos ha arrebatado,

mediante la maravillosa promesa de la resurrección!

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Autor Bernardo Arzate Benítez.