Me hallé en el dominio eterno
rodeado por los santos,
en boira de finos cantos
apareció el sempiterno.
Como en consuelo materno
fui despojado de espantos,
y entre sus solemnes mantos
nos unió un lazo eviterno.
Único verbo existente,
el mundo entre su sustancia,
todo es uno con la luz
Cesó el júbilo en mi mente
de encantamiento en su estancia
y me vi frente a la cruz.