Ella era muy bondadosa
y siempre callada andaba,
con una dulce sonrisa
que a todos agradaba.
No era muy habladora
tampoco muy comunicativa
y si alguien la molestaba
se mantenía a la expectativa.
Pero algo se ocultaba
detrás de su dulce sonrisa,
porque no se veía muy natural
y siempre iba de prisa.
Sus más cercanos amigos
sentían gran preocupación
y ella nunca decía nada
aumentando la tension.
Un día muy decidida
hablo para desahogarse,
dijo que era muy maltratada
y quería suicidarse.
Su esposo era un maltratador
que la maltrataba y no la tocaba,
pero con lo que le hacía
ella casi loca estaba.
El maltrato a la mujer
no es un acto plausible
y no tiene que ser físico
porque el sicólogo es invisible.
Alejandro Díaz Quero
Villa de Cura,08/02/2025.
.