Juan Sebastian Mena

Una carta que jamás supo que le escribí

 

 

¿Sabes cuándo fue la última vez que te vi tan linda? ¿Pero fabulosamente linda? Aquel jueves... Llorabas en tu juicio sentada con tus piernas entre cruzadas, disimulaste tus lágrimas cuando me viste llegar, e hiciste un cumplido hacia mi perfume. 

No podia soportar verte tan dolida, mujer, tu dolor es mío, eres todo lo que mi corazón desea con fuerzas, mi corazón bombea tus pestañas. 

Te he escrito varios versos pero creo que no los has leído, seguramente sospechas que no son para ti, y te equivocas, cada verso mío trae en sus palabras el nombre tuyo en letras mayúsculas.

Estabas tan fabulosamente hermosa esa tarde que me lamenté no haberte besado las manos con ternura, no quería que pensarás que era un verdugo, pero en el fondo moria por besarte hasta las lágrimas de tus ojos oceanicos.

 

Lastima que hoy solo seas un recuerdo bien guardado en el rincón de mi corazón, y aquí donde me ves te sigo esperando, con la esperanza de que nuevamente llegarás fabulosamente hermosa como aquel jueves por la tarde.