Ha pasado el tiempo...
la casa ya no estila su alegría,
se han cerrado para siempre sus ventanas
y la que allí se asomaba ya se ha ido
Su pórtico luce desvencijado...
yacen sus verjas humilladas en el suelo,
como un recuerdo mudo de lo vivido
Las paredes derruidas soportan el olvido
y las puertas con sus goznes destruidos
¿Dónde estarán los que allí vivieron?
¿Por qué ese abandono desmedido?
De noche se oyen voces en su recinto
y se llena la casa de unas risas de niños
Solo quedan los nombres grabados
en la corteza de los árboles de tamarindo
¿Por qué la vida es tan cruel y despiadada?
¿Por qué se desintegra la unión de las familias?
La casa que ayer fue el epicentro del amor,
hoy es una mueca macabra de abandono
¿Dónde estará aquel que fundó el hogar?
¿Dónde estará aquella que lo acompañaba?
Los dispersó el viento recio del calendario,
cubriendo sus años con el manto del olvido
Los alejó la contingencia de los baches del camino,
arrastrando en su hojarasca la tristeza de los hijos.