Pensar en ti
es creer que mi soledad
pudiera tener una salida
y no es así,
es algo más simple,
más puro
más cotidiano.
Pensar en ti
es la facilidad de la palabra,
de la acción y la conciencia.
Saber que logré quererte
más allá de cualquier límite,
de cualquier recuerdo
de cualquier futuro,
es un descanso para mi alma.
No pude retener
los sueños que inventamos,
ni esa vida perfecta, gloriosa y feliz
que jamás voló
y quedó atrapada
entre esencias de dolor
y esperanzas,
pero sin embargo,
cada matiz de felicidad
que alguna vez viví contigo
llegó a eternizarse
en mi corazón.
Y aún así te perdí,
y me oculté por siempre
del espejo triste
que reflejaba tu ausencia.
No quise suplicar amor
¿para qué?
si el rastro que fuimos dejando
ya no tenía nuestras huellas.
Éramos ajenos,
como dos desconocidos
que se saludan por educación
al tropezar en una esquina...
sin sombras
ni recuerdos
ni historias
ni risas compartidas.
Tan solo dos almas
en una calle cualquiera
bajo una lluvia extraña
y con el reflejo vago
de una luna ausente
sobre nuestros rostros.
Pensar en ti
ya no será más algo mío
ni tuyo,
solo será de la lluvia
y de este invierno
que va muriendo
definitivamente
sin ti.
Ana María Indacochea Garreta
Febrero 18 2025