PREAMBULO
Mi viaje comenzó por la mañana
demasiado temprano para el duerme;
me dijeron con música italiana
carecer de la edad para quererme.
Con pie izquierdo comenzó este viaje
desdichado y feliz, triste y amargo;
ni un solo árbol me pintó el paisaje
y la flor del rosal pasó de largo.
Mas no me amilané, seguí de frente,
le sonreí al dolor con entereza
y renunciando a ser indiferente
no pudo socavarme la tristeza.
Lo digo con orgullo: Me han amado
Como solo se ama cuando se ama;
sonó un chasquido, prendíó la llamarada
y aún conservo el fuego de esa llama.
Así que no fue en vano ser valiente
y enfrentar el pesar con el amor,
al no ocultar decir lo que se siente,
se supera la pena y el dolor.