No los vemos,
pero ahí están,
Vigilándonos,
Cuidándonos,
Y protegiéndonos,
De todo mal,
De menos nos echan,
Esas almas,
Que invisibles están,
Y cuando quieren,
El pelo, nos tocan,
O las manos,
O cualquier parte del cuerpo,
Para hacerse notar,
Para que vean,
Que están presentes,
Casi siempre familiares,
Otras veces,
Espíritus tóxicos,
Que nadie desea tener,
Pero la verdad,
Familiares, sobre todo,
Que no nos quieren dejar aún,
Hasta que su tiempo llegue,
Que ya no los sentiremos,
Como orbe o sombra,
De buen rollo,
Flota en aire,
Protegiéndonos,
Del mal ajeno,
Que traemos,
O se nos pega,
Son ángeles,
que nos acompañan,
Hasta que cuenta se dan,
que vivos, no están,
Y pertenecen a otros mundos,
Y van a la luz,
A descansar,
Cuando les corresponde,
Con amor, los despedimos,
Y en falta les echamos.
Pero ley de vida es,
Tarde o temprano
Les acompañamos,
Mas tarde,
Que temprano.