karonte

\"El ilustre fracasado\"

Oh, noble hechicero de gran estatura,

con sueños de gloria y mente oscura,

persigues pitufos con gran emoción,

mas siempre terminas con un tropezón.

 

Te ves imponente con túnica vieja,

¡pero hueles peor que una oveja!

Tu magia es fuerte... o eso creíste,

pero el gato Azrael te asiste más triste.

 

Día tras día tu mente se afana,

en trampas torpes, ninguna temprana,

quieres pitufos para un festín,

pero ni uno ha caído... ¡ni por confín!

 

Tu castillo ruinoso, tu barba enmarañada,

tus planes tan flojos que causan carcajadas,

y en la penumbra, con risa torcida,

te observa en secreto una bruja escondida.

 

Bostezando yace un hada dormida,

sin miedo a un mago que poco intimida,

¿pues quién temería a un torpe hechicero

cuyo mayor truco es caerse primero?

 

Y en un rincón, con ojos de obsesión,

te sigue un sujeto con gran admiración.

¡Oh, cuánta miseria que inspira tu vida,

que hasta los necios te ven con medida!

 

Aúlla el viento, la sombra se alarga,

se esconde del sol quien nunca se amarga,

con colmillos finos y piel cenicienta,

te mira un vampiro, pero sin cuenta.

 

Y brincan los monos, hacen piruetas,

fingen asombro, sueltan gambetas,

palmean tu espalda, te llaman \"maestro\",

¡oh, qué ironía! Se ríen por dentro.

 

Eres la envidia de todo villano,

con planes tan flojos que fallan temprano,

mas sigue intentando, que el mundo disfruta

viendo cómo un mago... se come su fruta.

 

Y cuando envejezcas, cansado y vencido,

te contaré un cuento, mi amigo perdido:

había una vez un gran perdedor...

¡Ah, espera! ¡Si eres tú el narrador!

 

“Con cariño a los adorables pitufos”