Creía tenerlo todo
y al final, no tuve nada,
porque todo, ya ni modo,
se volvió historia pasada.
Quería un buen acomodo
y pasó nuestra alborada
por quererla, sobretodo,
con el alma enamorada.
Yo la quise tanto, tanto
y hoy lo tanto, se hizo viento,
se hizo verso, se hizo canto
y, por tanto, ya no siento,
lo que provocaba el llanto,
que brotaba en su momento.