Carolina Varela López

El último poema

Corazón de piedra

¿Por qué golpearé la piedra maciza?

¿Pedacitos triturados sin agua?

Me dije: Es necesario que se vuelva ágata,

caliza o mármol y guardar en el fondo

de la multiforme sabiduría, las estalactitas,

las serpentinas gritando ¡libre!, las belladonas.

Y fue tu mano en mi mano neonatos

dientes de león neón,

fue tu beso y mi beso un temblor

a veces pálido, a veces sonrosado

cayendo sobre la grama,

sus pedacitos fueron camelias intergalácticas

y esta palpitación de lactante no sabe alejarse de mí, 

expande su luz en el laberinto.