¡Ingrata, Vida Ingrata!
Quería ser el único néctar de tu colmena
ser esa abeja reina saliendo en nupcial vuelo
y que tú desde luego, fueras quien por el cielo
en fecunda aureola ciñeras mi faena
¡Hermoso hubiera sido tu sangre por mi vena!
Ensanchando mi vientre, pulsando en el anhelo
la dicha de ser madre por el ser, que en revuelo
de amante hora, me amó sin límite ni pena
¡Ingrata vida ingrata!..., Hoy que todos se fueron
ellos, que a nuestro amor, tenaces se opusieron…
Hoy, la vida regala, su jugarreta artera
¡Nunca, imaginamos el final de esta historia!
Yo acá…,¡Siendo tu abeja reina que aún te espera!
Tú, perdido muy lejos..., enfermo, sin memoria
Beatriz Vicentelo . Der. Reservados