Arando con mis versos,
sembré la semilla de las letras.
El universo es un campo fértil, dónde todo puede crecer.
Podré sembrar en la luna tus miradas. Y cosechar profundas pupilas de iris multicolor.
En el planeta Venus, la impronta de tus delicados pies; serán archipiélagos de nardos, creando senderos fragantes, hacia los montes de la sinrazón.
Pretendo cosechar: La Compasión. Con blancos pétalos de virtud, envueltos en verdes corolas, sosteniendo ideales infinitos de frescor.
Sobran sitios donde arar.
Se puede arar en la profunda oscuridad del mar; del mar de la tranquilidad.
Puedo arar en Ganimedes, dónde Tú mi bella dama contemplarás ese panorama. Que por tu amor voy creando por ti y para tí.
Mientras húmedo y fértil surco engendra y crea maravilloso Edén, dónde veremos crecer el fruto del amor.
Dr. Salvador Santoyo Sánchez
17/02/2025