Raiza N. Jiménez E.

Tan lejos de ti.-

Recuerdo aquel inolvidable día en que te conocí.

Ese día, por voluntad de Dios, llegaste a mi vida.

Escuché una voz cantarina y allí fue, cuando te vi.

Me cuesta evocar, la pena, de tu final despedida.

**-**

De momento, no supe entender, tu sobrio adiós.

Mi mente divagaba y me pegunté, qué le hice yo.

Fui discreta con amigos y familiares, no con Dios.

Quise saber, porqué se iba y, mi deseo, se calmó.

**-**

Nunca antes había sentido, algo similar, al amor.

A mi ser, no pude engañar, ya le estaba amando.

Este amor nació y no tuve de sus besos, el calor.

Sufrí mucho con su lejanía, sin saber que moría.

**-**

Algo percibí, en sus maneras, en su voz y mirar.

No eran, mentiras, su lento andar, era evidente.

Sé, que debo a mi dolido y triste, corazón calmar.

No sé en quién creer, si era, mi único confidente.