La Guillotina
Está mi testa entre la guillotina o el fuego,
matas y hieres como el dolor,
pero, sólo me salva una sola verdad,
y es caer en el mar perdido y olvidar el momento,
como el conde de Montecristo,
y salvar a mi pellejo de morir en el acto,
o en querer ser como el Cristo,
entregar la vida y morir por tí,
y salvar al mundo,
pero, quedo como Jesucristo,
vivo y siendo por los siglos de los siglos yo,
o como único en el cielo de un Dios,
pero, en la guillotina o en el fuego,
está mi testa y detesta lo que atesta,
un dolor mísero como pordiosero,
pero, yo quedo tan sincero,
como esa pura e impoluta verdad,
que hoy me ha de salvar el alma…
Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez
EMYZAG