Tú estás en mi sed de todos lo días.
en mi humor y en mi ironía.
En los montes y en mis olivos.
En las esquinas de mi mundo,
En el silencio de las plazas.
En el ruido de los mercados.
En mis verbos afásicos y en la evidencia
de lo que callo.
En el espacio vacío cuando no estás
conmigo
En mi arrogancia que es casi
inseguridad.
En mi fragilidad que es mi destino.
En todas las puntas de mis
pensamientos.
En las páginas blancas y en las que de
negro tiño.
En los textos que no corrijo.
y en los que hoy maldigo.
En tus faltas que más que faltas son ausencias.
En mi pereza y en mis fantasías, en mis
pájaros de alegría y en mis libros de
filosofía, en las tardes sin sol presagio
de noches frías.
Tú estás en medio de mis poemas
y a veces en la idea de mi poema.
En los poemas acabados y en aquellos
por comenzar.
Yo sé que tú volverás en versos, en
versos, en estrofas y en pausas.
Yo sé que tú volverás en mis risa y en mi
pena, en las plumas y en mis colores.
Yo sé que ya no estás y sin embargo te
convoco.
Yo sé que serás mi mayor significante y
todos mis sentidos
P. Sabag,La poesía no muerde. Coll