Dónde hubo fuego ardiente
seguro quedarán cenizas
y el que traiciona un amor
acabará con las alegrías y sonrisas.
El amor se construye cada día
para que sea estable y fuerte
y evitar que el fuego de la traición
pueda causar su muerte.
El amor tiene que ser puro
majestuoso y sagrado,
que ni el fuego más ardiente
lo puede dejar quemado.
Dónde una vez hubo fuego
se dice que cenizas quedan,
es solo un simple refrán
para los que amar no puedan.
Dónde hubo un amor real
quedará un sano sentimiento
y jamás veremos las cenizas
de un bonito acontecimiento.
No me cansaré de repetirlo
si al recordar un amor te erizas,
dónde hubo un amor sincero
no pueden quedar cenizas.
Alejandro Díaz Quero
Villa de Cura,12/02/2025.