EL SILENCIO DE LAS FLORES.
Con las primeras horas del día,
fuí donde duermen los que fueron,
a quienes las balas enmudecieron,
tantos obreros de lucha y valentía,
los que con voluntad y alegría,
pretendimos la libertad conquistar,
un clavel rojo dejé en su altar,
que traigo más de cincuenta años,
sin marchitar por abusos y daños,
causados por un traidor militar.
Autor: Poeta al atardecer