A ti, que nunca te rendiste
que alzaste un hogar con tus manos,
nos diste un techo, una guía,
sin importar cuánto costara el intento.
A ti, mi padre incansable,
que entre sombras y luz nos formaste,
enseñándonos el camino más duro,
a ser justos y fuertes, por el bien y la verdad.
Tú eres nuestro eterno guardián,
héroe sin capa, luchador incansable.
Te amamos con todos tus defectos,
sin ti no estaríamos aquí, en este hogar que tú forjaste.
Y a ti, madre de amor infinito,
que tu vida entregaste por nuestros sueños.
Sacrificaste juventud, sacrificaste tus ansias,
para vernos crecer y volar en tus alas.
Siempre a su lado, en las buenas y malas,
una santa, nuestro pilar, nuestra calma.
Les pedimos que disfruten sus días,
que se tomen el tiempo, que merecen la paz.
Ustedes, equipo de vida y de amor,
nos dieron todo lo que somos,
y aunque no siempre lo decimos,
gracias a Dios que son ustedes nuestros padres.
Papá, todavía tienes fuerza y espíritu,
no dejes de soñar, de crear, de avanzar.
Mamá, dedícale a él esos instantes
como cuando eran jóvenes, cuando apenas empezaban.
Porque ustedes son nuestro refugio eterno,
la razón de nuestro andar,
y aunque la vida pase y se agoten los años,
siempre en ustedes nuestra raíz quedará.
Agradecemos al cielo que así fue,
por haberlos elegido, nuestros padres, nuestro hogar.
Y siempre seremos su equipo, su vida,
con amor eterno, de sus hijos, desde el alma.
De todo corazón, a nuestra amada madrecita Ana Elvia y nuestro grandioso padre Javier, por ser nuestra guía, nuestro refugio, y nuestro amor eterno.
JFAS 01-11-2024
https://n9.cl/fzh31