Me gusta cuando llueve, ¿sabés?
porque el agua dibuja recuerdos
en los cristales de mi memoria.
Llueve y es como si el viento
trajera tu voz entre susurros,
como si cada gota supiera
el peso exacto de tu ausencia.
Hay un aroma que me vuelve a vos,
a las noches de abrazos lentos,
a la risa mojada en la vereda,
a la tibieza de un beso sin pretextos.
Y entonces me quedo ahí,
viendo llover desde la ventana,
dejando que la nostalgia me toque
como si aún fueras a llegar.