Elena, nombre que suena a brisa,
a luz dorada en la orilla del mar,
como el eco suave de una risa,
como un sueño que no quiere acabar.
En tus ojos bailan los secretos
de la luna cuando besa el sol,
y en tu voz, susurros y sonetos
dibujan versos con tierno ardor.
Tu andar es viento que nunca calla,
hojas doradas que el alma abraza,
y en cada paso, en cada batalla,
dejas un rastro de luz y esperanza.
Elena, estrella que nunca duerme,
flor que florece sin preguntar,
en tu esencia el mundo aprende
que amar es solo saber brillar.