Saber creía
cual lela ignota.
Algo, quizás un poco
pero nada sabía,
y en la nada, ni gota.
Pero hay goteo
y es buen halago
que alimenta mal coco:
si por gota no meo,
mearé por el trago.
Traga que traga,
gota que cae
tan densa como un moco,
que se cuelga y que amaga
y al colgarse contrae.
Y yo me digo,
digo a mi misma,
¿será fácil, posible,
que si yo no me obligo
habrá gota en la crisma?
Debo obligarme,
es lo que debo
y será deducible
el poder preguntarme
si hay tragos que bebo.