Quiero poner mi lengua donde nadie la ha puesto jamás y lamer tu ser por dentro hasta tocarte entera lo que no se puede tocar.
Será un beso o un mordisco, será el deseo que no se hace esperar. Será el día muriendo en tus abismos y serán mis ganas de tenerte y nada más.
Quiero hundir mis manos en tu barro y sudar tu tierra de agua y sal. Labrar de tu esencia mil jardines, donde crezca el amor y el verbo amar.
Quiero hundirme en tu silencio para poder callar y hablar de lo que muere en un beso, de lo que nace al amar. Quiero clavar mi lengua en el leño mojado de tu soledad.