OscarCampos

Imagen

 

Tiene las alas de color naranja,

y manchas negras en sus alas frágiles.

Pequeña como una gota de rocío,

recorre las grietas de tu mano.

 

Se desliza,

entre las huellas de tu memoria,

como cada insecto olvidado,

como cada habitante del silencio,

que parecen no tener nombres.

 

Pero ella te recuerda:

“En la fuente que para algunos es un espejismo,

tomaste la hoja que flotaba.

Mi niñez era como una cámara.

Dejaste la hoja navegar en la corriente

y con ella dejaste mi vida.”

 

“Ya no caminas,

pero estoy en tu sombra.

No soy un código

 o una imagen en tres dimensiones.

Déjame explorar tu mano,

déjame comprender que guardas

en tu palma.”

 

¿Quién comprende el olvido,

cuando el agua borraba tus huellas,

y el viento dispersaba las hojas?

Ahora:

¿La verdadera revolución es asignar

un código al olvido?

 

¿Programar los recuerdos?