Anne Black

La carga del silencio

Pesa tanto que destruimos todo lo construido, aunque eso nos haga una porquería de personas. Ojo, yo lo intento, pero estoy segura de que tarde o temprano voy a caer en la misma bolsa de desastres; pero espero sentir, cuando eso pase, la valentía que ninguno tiene. Quiero tener el coraje para decir: \"Sí\", pero me hago cargo de lo que fui y soy. Consciente de cuántas pasé sin ayuda de nadie. Pero, ¿sabes qué pasa? Todos nos cansamos, y eso me está pasando hoy; estoy exhausta de que nadie me comprenda, de las exigencias, de que nadie pregunte cómo me siento. ¿Que nadie me reconozca una y me regale un momento para mí misma? Hay cosas que uno no puede cambiar, aunque lo quiera; y, en lo personal, no puedo decir lo que pienso en verdad. Es agobiante creer todo el tiempo que, si lo haces, te vas a quedar sola; y yo sola no quiero estar. Sin embargo, tampoco quiero muchas cosas ahora; no me lo pregunten, porque si me lo preguntan, podría mentirles o, en un segundo, sincerarme y decirles que quiero que termine todo. Y es la verdad más honesta que tengo. Me ahogo en ansiedad y dolor todo el tiempo. Pienso maneras de autodestruirme, pero no ejecuto ninguna; o sí, quizás una sola. Muchos saben que uso este medio como un confesionario; lo que no saben es que cada vez me cuesta más sentir esa liberación que te renueva. Otras tantas, ni siquiera la siento; pero paro, porque de lo contrario sería repetitivo. Y termino con un cigarrillo en la boca y el encendedor en la mano, yendo al patio donde espero encontrar unos minutos de soledad y paz.