¡Oh, moda! Creadora de mil fantasías,
donde cada semana nacen nuevas melodías.
El pantalón roto, la camiseta ancha,
y ese peinado que parece una gran lancha.
En TikTok se baila lo que no tiene sentido,
y en Instagram todos son el mismo vestido.
\"¡Es lo último!\", gritan con gran emoción,
pero sólo es el eco de otra invención.
¿Quieres ser único? Pues compra el outfit del mes,
pero no olvides que el color es siempre el mismo estrés.
En las pasarelas todos imitan al mismo Dios,
y el “vintage” se vende como si fuera un adiós.
Los zapatos con plataforma, ¿para qué?
Si es más fácil caer que caminar, ¿lo ves?
Pero se venden como si fueran la salvación,
cuando en realidad son pura invención.
Y las tendencias... ¡Ah, las maravillosas tendencias!
Un día son brillos, al siguiente transparencias.
¡Hazlo rápido, no te quedes atrás!
Porque la moda de ayer será un fracaso más.
Las bufandas de mil colores, todas iguales,
y las chaquetas que parecen de mil carnavales.
Pero si no las usas, cuidado, te excluyen,
te miran como si tu alma estuviera en ruinas.
¡El trend del momento! Todos lo siguen a ciegas,
aunque al final parezcan más comedia que elegantes.
Tatuajes de frases que nadie comprende,
y cuerpos cubiertos por ropa que no enciende.
La moda, esa corriente que arrastra y destruye,
nos promete belleza, pero nos mutila y huye.
Nos invita a ser diferentes, pero en un mar de copias,
y al final, todos somos una misma tropa.
Pero no te preocupes, sigue con tu marca,
que si no la tienes, te quedas en la banca.
Sigue corriendo tras lo que te dicen,
aunque al final sea sólo humo que se disipa y eludido te deslices.
Así, entre trends, colores y diseños que van y vienen,
seguimos comprando lo que nos dicen que no detienen.
Nos reímos, nos burlamos, pero al final sabemos,
que la moda es un chiste, y todos los seguimos.