TÚ eres la cascada de letras que caen en mi cuaderno cada vez que te leo. Sentarme en mi mesa y verte pasar enarbolando tu mejor sonrisa o haciendo gestos invisibles que solo el detector de movimientos de mi alma sabe descifrar. Eres la prosa que mi pluma, espera y construye cada día junto al café que endulzas con tu rostro y das vuelco a mi corazón
Si, ya sé que sabes que sigo el rastro de tus letras diarias y cuando no escribes, me lanzo al pozo de tus recuerdos y recupero imágenes, sentimientos. Deseos, tristezas y alegrías. Descubro en cada imagen tuya, una parte pequeña de mi análisis. En cada poema tuyo, he rescatado, la parte escondida de un amor secreto que desde hace tiempo lucha por salir.
No sé si me equivoco o es alucinación, pero, así como tú sabes que vives entre mis letras. Algo me dice que una parte de mi o todo completo, pero también hace tiempo que sucedió ese milagro de entrar a tu corazón y pasear por el laberinto de tus pasiones, sueños y realidades. Sin decir cómo, pero sé muy bien que también fuiste tocada por cupido.
Así como tu corazón, también el mío está consciente del largo camino que hemos seguido, desde el primer contacto, aquella mañana que te descubrí en medio de muchas estrellas brillantes. Brillabas con luz propia y muy incandescente. Desde entonces, tú con tu discreción y yo con mi potro desbocado, hemos seguido la huella de algo parecido al amor
En todo este tiempo, he sido como la gota que horada la piedra, aquella con la dureza del tiempo y la gota con la suavidad del fluido. pero constante. Tarde que temprano la piedra sedera y la gota triunfara, horadando la dura piedra. Así, la constancia, firmeza y sinceridad de mi franco amor, triunfara sobre tu duro corazón a aceptar el amor que a diario te entrego.
LENNOX
EL QUETZAL EN VUELO