Augusto Fleid

El Viento Y Mi Sombra

El viento trae tu nombre,
hilo de sangre en la tarde,
eco de piedra dormida
bajo la luna cobarde.

 

Por los caminos de sombra
andan mis pasos descalzos,
buscando entre los olivos
las voces de lo olvidado.

 

Pero el tiempo no perdona,
todo lo arrastra su canto,
las campanas de la infancia
y el susurro de los años.

 

Llueve un llanto de ceniza
en las torres del silencio,
donde una copla sin dueño
baila enredada en el viento.

 

Ay, qué lejos va la risa,
qué lejos el viejo patio,
donde la hiedra abrazaba
los muros de nuestro abrazo.

 

Y sigo solo en la noche,
con la luna entre las manos,
como un niño que ha perdido
su sombra sobre el tejado.