MarianoMartinez

Mi comadre

 

Septiembre de nubarrones en la sierra.

Había palomas en el tejado,

Conejos en el corral,

Gallinas, cerdos y pavos.

Las calles olían a flores de Sanpedro,

Rosas, morera, hierbabuena…

En San Miguel pimientos y maíz,

Farfollas en el patio,

Fogones en la calle,

Carbón de encina entre las brasas,

Otoño de castañas y nogal.

 

La Carmen, comadre en la ventana,

Sonrisa de matrona y de madrina.

Comienza los ladridos de los perros

Que empiezan su canción repetitiva

Hacia la noche del rocío y las sirenas,

El cansino chascarrillo,

El dulce acordeón…

Hay una lumbre con aromas de vecinos,

Pasodobles del Mantecas en la puerta,

Patatas asadas, vino blanco y algo de jamón.

 

Begoña se repite en la memoria,

Con caminos de hierro y de pizarra,

Trozos de ternura y de nostalgia,

Un cerro lejano en calavera,

Alquife de campanas y rosarios

Y una canción de viento en el Picón.

 

La Carmen, comadre entre la hoguera,

Voces rojas, manos de invierno,

Y un poema de luna en el cielo.

Como se fue aquel tiempo de uvas y membrillo

Entre retazos de olvido y esperanza.

Barcelona te borró deprisa,

Aragón te convirtió en silencio.

Pero nunca dejaré de pensar en su llamaba,

Allá, camino de las minas,

Como un arrullo de pan, caliente y crujiente.

La Carmen, comadre en la ventana.