Quizá soy romántico empedernido,
oculto en tus labios de lis jazmín,
atado a tus lágrimas de carmín,
Galopando un dragón estremecido;
De un beso moribundo es redimido.
Celaje infernal, salió un querubín;
En sus alas ascendió a un chirivín,
resplandor doloroso ennegrecido...
Quizá soy romántico del abismo,
engalanando tu nombre en alquimia,
perfeccionando mi pluma en lirismo;
De tu presencia y carácter eximia,
Que enloquece el nefasto misticismo.
De un versero que ama tu ciclotimia.
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