En la brisa errante que besa el ocaso
en el dulce acento del río al pasar
viven los ecos de aquellos cantares
que mi madre en noches solía entonar.
Mecían mi cuna con viejas leyendas
con voces de niebla y rumor de la mar
y en cada estrofa temblaba un suspiro
sombra de tiempos que no volverán.
Lloraban los vientos en altos pinares
susurran los versos de un mundo fugaz
y el alma, cautiva de aquellos recuerdos
en vano los busca... mas no volverán.
¡Ay, si pudiera ceñir con mis manos
el hilo invisible del viejo cantar!
Mas sólo me queda su eco lejano
y un sueño de infancia que quiere llorar....
ElidethAbreu
Febrero/24/2025©