Sencilla y elegante es tu nombre
Bella cual ninguna entre las flores
Cada mañana tu sonrisa de rocío
Es el imán que me tiene hechizado
Tu vestido que resalta al resbalar
En esas las curvas de tu tallo
Esbelto cual madura espiga
Son la perdición de cualquier poeta
En mi senda solitaria y ambulante
Tus mejillas sonrosadas me figuro
En el horizonte hostil que no termina
Mágicas nubes pintadas al ocaso
Tu mirada al posarse bondadosa
Perdonando de la vida la aspereza
Endulzando la hiel que en ella impera
Es como en el edén una alborada
Nada alienta más que tu palabra
Lavando mis penas cual cascada
alegre, encantadora y tierna
Nada más valioso yo concibo