Se me olvidaba Jesús...
que entre tanta niebla
y noche oscura,
la luz eras tú.
Se me olvidaba Jesús...
que no hay espinas sin rosas,
ni grande el corazón
que no muera en la cruz.
Se me olvidaba Jesús...
que entre tanta búsqueda,
el amor de mi vida,
eras sólo tú.
Se me olvidaba Jesús...
que allí donde mi alma ríe
y mi corazón goza,
es al pie de tu cruz.
Déjame mi Jesús...
poner tu rostro a la gente,
y ver que en su mirada,
también estás tú.
Me has elegido a mi...
¡si yo no te merezco, Jesús!
me has regalado la vida
y prestado tú cruz...
Yo no soy nadie...
a mi me instruyes, Jesús.
mi deber es el amor...
y el amor eres tú.