Esquivas misteriosa tu mirada
huyendo de los ojos de tu amado
mi presencia reclamas a tu lado
luciendo una sonrisa enamorada.
Mujer de piel ardiente y deseada
escondes en tus ojos el pasado:
batallas del amor que has profesado
y heridas infringidas con espada.
Tus besos me trasladan de este mundo
cambiándome mis grises por colores
fundidos en esencias y en olores.
Y después del instante más fecundo
me llenas de tu calma y tus sabores
sumiéndome en un sueño muy profundo.