Alexandra l

Marzo

En llanuras o montañas se siente Marzo llegar
y en su beso pasional nos entrega toda el alma
suelo escapar  cada día hasta esa tierra lejana
tierra de las fantasías donde la brisa del mar
deja el salitre en mi cara.

El poblado que se enclava  sobre la rústica costa
con sus casitas de cal y techos de tejas rojas
las estrechas callejuelas que cuentan viejas historias
dulce canto de guitarras que junto a una verja lloran.

Yo amo el amanecer, este seco o empapado
amo los campos dorados y las ciudades también,
esas nubes y el desdén de su paso allá en el cielo
que en el alba o el ocaso van acariciando el suelo.

Es la noche un gran paraguas agujereado de estrellas
galopa la brisa húmeda sobre la llanura seca
Marzo se asoma risueño tras las nubes tormentosas
y se deshace en  entrega con una lluvia ruidosa.

En abrazo de elementos se funden con gran pasión
y palpita el corazón en armonioso concierto
Marzo plenitud y vida, anuncia la primavera
se apresta la floración en la tupida arboleda.

El delicado romero que al roce del viento habla
de la frescura agradable combinado con lavanda
la margarita tan blanca que en la sabana se mece
y a la mirada se ofrece sencilla y apasionada.

Marzo siempre enamorado de  la deslumbrante abril
se ha recostado a sentir el suspirar de la tierra
en almohadones de niebla cierra los ojos y sueña
haciendo un guiño a la luna que le sonríe coqueta.