La estación de tu mocedad
pasó hace ya mucho tiempo.
El granito consta tu edad,
óxido decora tu hierro.
El reloj supera los días,
sigues a lomos del acero
a donde se juntan las vías.
¡Ayúdale a cruzar, barquero!
Tus zapatos son recios discos,
tus alas, tan llenas de cables.
Tú, que caes por tantos riscos,
¿Cómo hallas lo inevitable?