frente a frente ante el vacío, la tormenta o el abismo
un acantilado, un agujero negro, una habitación desolada, un santuario en ruinas
mirando a los fantasmas jugar y reír, que aunque
llorando pudieron morir
ahora son libres, sin rostro por mostrar ni cuerpo frágil que cuidar
ahora sus espíritus, sin memoria ni identidad
prisioneros serán de un mundo irreal