Más allá de la bruma y el eco dormido,
donde el tiempo se pliega en un dulce vaivén,
se alza un reino de magia y susurros perdidos,
con torres de plata y jardines de edén.
Sus ríos son hilos de luna y de espejos,
sus bosques murmuran secretos al sol,
y en lo alto, un castillo de muros añejos
guarda las sombras de un viejo fulgor.
Los magos escriben con plumas de viento,
las hadas danzan con luces de mar,
y en cada rincón un antiguo lamento
canta las glorias que han de regresar.
Si un día tus pasos rozaran sus puertas,
detente y escucha su voz ancestral,
pues dicen que aquel que sus sueños despierta
nunca en su mundo
podrá descansar.